Este ha sido un invierno de frío y lluvias, un invierno más duro de lo que estamos acostumbrados. Se dice que en París han sufrido la temporada de lluvias más intensa de los últimos 50 años. Tan fuertes han sido las tormentas que, el pasado mes de febrero, las lluvias se llevaron por delante una de las obras más peculiares de Le Corbusier, la embarcación de hormigón armado Louise-Catherine.
Según informaciones de Le Parisien el pasado 8 de febrero la nave Louise-Catherine se hundió por la subida del cauce del río Sena, fue arrastrada por la corriente hasta que se detuvo en el fondo del río quedando atascada por la proa en el muelle D’Austerlitz, al este de París. Aunque los bomberos estaban presentes e intentaron salvarla, no pudieron evitar que se llenase de agua. Solo hicieron falta unos veinte minutos para que se hundiera.
Originariamente llamado Liège, el navío se remonta a 1915 cuando se inicia su construcción para transportar carbón desde Rouen a París por el Sena. En 1929, estando ya en desuso y abandonado en el puerto de Rouen, es adquirido por la Comisionado del Ejército de Salvación de la época para transformarlo en un asilo flotante. La adquisición se realiza gracias a la donación de la artista Madeleine Zillhardt quien rebautizó la embarcación en honor a su compañera de toda la vida: la pintora Louise-Catherine Breslau.

En la década de los 80s, se realizan varias intervenciones pero se cierra definitivamente en 1994. En 2006 la Asociación Louise Catherine, compró la nave del Ejército de Salvación para llevar a cabo la restauración. Habían pasado 11 años desde que se cerrara como refugio flotante.
Después del incidente hace escasas semanas, los planes de reflotación de la nave están en curso para poder continuar con la restauración, en un esfuerzo por abrir al público en 2019 para coincidir con el 100 aniversario.
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